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Embarazos y verano

Embarazos y verano

Cuando hablamos de embarazos y verano siempre pensamos en cansancio o sudores, y en atravesar una época complicada a la hora de llevar dentro a tu pequeño. Sin duda, nos lo planteamos como un handicap que puede arruinar el periodo de vacaciones que tanto esperamos. Nos encontramos con dificultad para respirar en algunas ocasiones, y con cansancio o mareos que son consecuencia de los cambios repentinos de temperatura. No olvidemos que pasamos rápidamente de un calor sofocante a otro microclima muy diferente en el que interviene el aire acondicionado.

Además, durante el embarazo la temperatura corporal puede situarse en un grado o dos más de lo normal, y ésto unido al calor de los meses de julio y agosto, puede provocar una sensación muy sofocante. Por ello, conviene tomar ciertas precauciones para paliar estos efectos y no dudar en colocar paños húmedos con agua fresca en el cuello o la frente, ya que ésto ayudará a disminuir tu temperatura corporal.

A continuación te hablamos acerca de una serie de trucos que te resultarán muy útiles para atravesar sin ningún problema un embarazo en verano.

1. Beber mucha agua

Es básico hidratarse lo suficiente para compensar el líquido que perdemos a través del sudor y mantener la vitalidad. Esta pérdida es muy elevada en verano y hay que restituirla bebiendo agua constantemente. Además, contamos con otras alternativas que resultan muy apetecibles como zumos de fruta y bebidas isotónicas que tienen gran capacidad de rehidratación gracias a su alto contenido en minerales, y a que favorecen la absorción de agua.

2. Mantener una alimentación adecuada

Es probable que las embarazadas se enfrenten a más náuseas o mareos en verano, contribuyendo todo ésto a una mayor desgana a la hora de comer. Los cambios hormonales pueden afectar en gran medida y hay que vigilar muy de cerca lo que comes, evitando sobretodo las comidas pesadas y consumiendo alimentos con gran cantidad de proteína y ausencia de grasas en la medida de lo posible. La explicación a ésto viene dada porque el organismo se ve obligado a trabajar más y durante más tiempo, generando mucho más calor. Por ello es conveniente escoger alimentos con alto contenido en líquidos, así como ricos en fibra. Tus mejores aliados serán las verduras y frutas frescas, o el pescado y carne a la plancha. Asimismo, deberemos controlar el consumo de sal, aunque sin eliminarlo totalmente ya que resulta beneficioso para el feto.

3. Prendas de vestir

Lo más importante para compatibilizar embarazos y verano es sentirse cómoda y fresquita, eligiendo tejidos naturales como el lino o algodón a través de los que tu piel pueda respirar para evitar roces o escozores tan comunes durante el embarazo.
Elige colores claros y neutros que reflejen la luz y el calor del sol y que no la absorban como hacen los colores oscuros. Además, aunque sea muy evidente, debemos recordar que las prendas ceñidas no dejan correr el aire entre tu piel y la tela, evitando una correcta transpiración.

Y si hablamos del calzado, intenta buscar algo cómodo fabricado con materiales naturales. Si es posible utiliza una talla más que la tuya, ya que al final del día lo agradecerás, cuando te encuentres con los pies un poco más hinchados de lo normal.

4. Temperatura ambiente

Debes intentar permanecer en casa durante las horas de más calor para evitar el sol directo. Puedes hacer uso de ventiladores o aire acondicionado, aunque de noche es conveniente dormir con las ventanas ligeramente abiertas ya que durante la gestación tu cuerpo necesitará más oxígeno de lo habitual y a veces, en lugares donde el aire está saturado, es más complicado respirar bien.

5. Recomendaciones generales

  • Intenta hacer uso de las piscinas que, además de resultar muy refrescantes, te servirán para realizar ejercicios beneficiosos para destensionar o reducir la compresión de determinados nervios durante el embarazo.
  • Procura llevar siempre una botella o un pequeño termo con agua fresca para beber o mojarte un poco en momentos de necesidad.
  • Aprende a respirar correctamente, ya que con ello conseguimos una mejor refrigeración del cuerpo.
  • Evita las horas intensas de sol y usa siempre protector de factor alto, ya que las embarazadas tienden a quemarse y son propensas a la aparición de manchas indeseadas. Además, debes tener en cuenta que cuando te expongas al sol, deberás tener siempre cerca una sombra donde cobijarte en caso de calentamiento.
  • Planifica los horarios para salir a caminar u hacer otras actividades en los momentos más frescos del día como la mañana o el anochecer.
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